Recuerdos.

Es precioso amanecer cuando tú
-despeinada y con la boca abierta-
todavía duermes
dejando entrever perfección en tu mayor sencillez,
entre las sábanas y mi cuerpo..
y yo puedo sentir cómo respiras en mi pecho
dándole el aliento a todos mis latidos,
que se paran, nostálgicos,
cada noche en la que no me besas.

Puedes decir que soy infantil, pero al mirarte
me surjen esas jodidas mariposas de los cuentos en el estómago
y se me enreda el alma por dentro intentando cazarlas,
como si por ello te atrapara a tí.

(...)





(XIV-III-MMXIII)